Se trata de un terreno de diez hectáreas con el que contará el SENA en
este departamento del oriente colombiano, gracias a la donación de Rodrigo
Alfonso Niño, quien se motivó en hacerlo debido a los buenos resultados de uno
de sus hijos como aprendiz de la Institución.
“Me pareció una buena idea donarlo para contribuir a que se
abran más espacios en capacitación, donde la gente pueda especializarse. Estoy
muy satisfecho”, aseguró Rodrigo, quien además se declaró convencido de las
oportunidades y alternativas de vida que la formación le concede a los jóvenes
en su región.
El
terreno, que corresponde a la finca La Pradera –en la vereda El Retiro de la
capital de Guaviare–, está valorado en 5 millones de pesos; allí se adelantarán
programas de corte ambiental.
El
desenglobe (proceso jurídico para dividir un inmueble en dos ó más predios)
está a cargo del Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder) y terminará
cuando la escritura del predio quede a nombre del SENA.
En
este Departamento, el 90% de la actividad es agropecuaria, en la que confluye
la población negra –desplazados en su mayoría–, con mestizos –colonizadores– e
indígenas. “Cuenta con un
excelente potencial turístico; esta región tiene las mejores pinturas rupestres
que haya visto en mi vida”, afirmó el padre Óscar Londoño Palacio,
subdirector (e) del Centro de Desarrollo Agroindustrial, Turístico y
Tecnológico del Guaviare.
Sin
embargo, la región tiene déficit en materia de infraestructura vial y carece de
una sede donde el SENA pueda adelantar proyectos ambientales, de turismo y
agropecuarios, que contribuyan a fomentar la conciencia por la conservación de
los ecosistemas. “Hemos
impulsado proyectos de vivienda, con la implementación de salidas pedagógicas;
trabajamos en la articulación con la educación media para que muchos otros
jóvenes se beneficien”, destacó el sacerdote.
El
presbítero hizo énfasis en que “la
Entidad en San José es la universidad; de ahí que cada aprendiz sea consciente
de que debe ser testimonio y ejemplo de vida en la región”.
El
contrato de donación, firmado el pasado 19 de mayo, dice que si no se pudiere
construir el parque temático por motivos jurídicos, administrativos o ajenos a
la voluntad de los contratantes, el lote materia de esta donación será devuelto
al donante, sin lugar a indemnización alguna por parte de éste, y la
restitución estará a cargo del donatario mediante este mismo proceso.
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